Puedo ser cualquiera, tu vecina, tu amiga, la chica del metro… Una mujer despampanante o una chica tímida escondida tras unas gafas.
Si me pongo una minifalda, no voy buscando guerra. ¿O acaso tú vas buscando que te cojan el culo cuando te pones un pantalón ajustado?
Si me quiero besar o liar con un tío que me gusta, no quiere decir que lo haga con todo aquel que se me ponga por delante. Es mi decisión personal y no eres nadie para juzgarla.
Si no te digo sí, no lo des por implícito, ni intentes forzar la situación. Aquí disfrutamos los dos o no disfrutamos ninguno. Si se ha puesto dura la polla pensando que íbamos a follar, cuando no es así, te la meneas y santas pascuas. A mí no me metas en tus movidas.
Si algunas se lían con cuatro o cinco a la vez, allá ellas, están en su derecho, pero no intérpretes que es una moda que seguimos todas. ¿Sabes lo que es la libertad o el libre albedrio?
Olvídate de ese precepto absurdo de que las mujeres, si nos gusta follar, somos unas guarras. Insisto, nos tiramos a quien nos apetece. No a todo el grupo. Gustos, colores.
Mi cuerpo es mío y yo decido que hacer con él, no soy un objeto, no soy una conquista para alimentar tu ego de macho.
Eso no quiere decir que no haya tenido malos polvos, imagino que como todos. Sin embargo procuro decidir con quién, cómo y por qué estoy. Así que si alguna vez entra a formar parte de mi lista, puede que el fácil seas tú y no yo.
Por último, si me quieres llamar feminazi, lo puedes hacer. No seré yo quien te saque de tu error.
Un comentario sobre “Fácil”