Una vez llego al lugar de la cita, veo que él ya está esperándome, me sorprende la ropa que lleva puesta: un uniforme que parece de conductor de autobús (solo verlo me pongo burro, los uniformes de trabajo me molan taco), me acerco, el nerviosismo me juega una mala pasada y cuando nos saludamos … Sigue leyendo Al chófer del bus se le sale la leche por las orejas